Yo antes era una persona muy dramática. Me iba a las sensaciones extremas a la menor provocación y allí me quedaba todo el tiempo. Quizá porque era más joven y me gustaba eso de "sentir cosas". Quizá porque no sabía controlar mis emociones; probablemente por una combinación de ambas cosas. Como me acostumbré a vivir en las sensaciones extremas, desde que empecé mi gran viaje interno y tuve claro que uno de mis objetivos era vivir más bien al centro de mis emociones, ha sido una tarea especialmente difícil y dolorosa siquiera darme cuenta de cuando estoy pasando tiempo en las sensaciones extremas. Es un dolor bueno, porque significa que estoy creciendo, y es una dificultad buena, porque significa que me da la oportunidad de buscar observar mi mente confusa y entenderla muchísimas veces durante el día. Esta semana he estado trabajando en una app: [[Numisma]]. Ha sido una experiencia muy linda para mí, porque tenía rato que no se me ocurría una idea en términos de software, a la que quisiera dedicarle todo mi tiempo y mi energía. De hecho, esa falta de pasión por una idea, me estancó un muy buen rato en la falta de "side projects". Es que sobre todo, mientras más pasa el tiempo en mi vida, menos quiero dedicarlo a proyectos efímeros. Quiero construir algo que trascienda, y entonces me limito a no construir nada, porque no es lo suficientemente bueno para que trascienda. Pero eso es [[Un patrón antiguo]]. Y además no es el tempa principal de esta nota, lo importante, esque he podido identificar algo más, algo muy importante: **Lo que experimento cuando programo es una sensación extrema**. Es un meme, la idea de que cuando eres desarrollador de software, tu vida es una montaña rusa entre "Soy el mejor del mundo, nadie me puede detener, tengo capacidades increíbles y merezco todo lo que tengo gracias a ello", y "Soy el peor del mundo, cualquiera es mejor que yo. He desperdiciado mi vida. No merezco nada de lo que tengo". ¿No es eso la descripción de sensación extrema? Con Numisma me ha pasado que no tengo "tintas medias". La semana pasada pasé días en los que era todo lo que pensaba, me levantaba y escribía algo de código, terminaba mi trabajo y sin darme cuenta ya estaba programando. Faltaban cinco minutos para irnos a pasear por la ciudad, y eran cinco minutos en los que podía avanzar un poquito más. Programar es una actividad muy obsesiva. Las mejores ideas, vienen cuando en la macro, estás dándolo todo, cuando no puedes dejar de pensar en el problema que estás resolviendo. O en la regadera, cuando no estás haciendo ni pensando nada. Es otra sensación extrema. O cuando un día, piensas que ya te salió algo, y te sientes el mejor del mundo, porque fue algo que costó mucho trabajo, pero unos días después, te das cuenta de que tu implementación está bien, pero no es perfecta. Hay varios errores. Puede ser que tengan una solución barata en términos de esfuerzo, o puede ser que haya que dar 10 pasos atrás e iniciar desde un punto que pensabas ya resuelto, y cuando eso sucede: "Qué mal desarrollador soy. Cómo es posible que no pueda resolver este simple problema que seguramente muchas personas ya han resuelto en sus propios entornos" De nuevo: sensaciones extremas, de nuevo al juicio sin compasión y la agresiva autocrítica destructiva. Así era mi vida antes en todo sentido, pero he aprendido a quererme. A cuidarme, a entender que la vida es un proceso, que nunca terminas de equivocarte y tampoco de corregir la trayectoria, y desde entonces, soy mucho más feliz. Entonces, sólo me queda preguntarme, ¿Qué tan lindo será desarrollar software (que de entrada ya me parece maravilloso), si logro aplicar todo lo aprendido también a dicha actividad? Quiero aprender a desarrollar software sin vivir en las sensaciones extremas. Buscaré ser consciente y despierto cuando lo haga y entender que como la vida, es un proceso que requiere paciencia, auto-cuidado y autoestima, y las emociones, bien centradas.